Te invitamos a leer este informe elaborado por el Instituto Democracia, sobre las próximas elecciones en Brasil.
Resumen ejecutivo
El 2 de octubre se votará en el país más poblado de América Latina en una elección marcada por la polarización y que será determinante para toda la región latinoamericana. El actual presidente Jair Bolsonaro y el ex presidente Lula da Silva, se enfrentan para definir quién estará a cargo del poder ejecutivo por los próximos cuatro años.
El sistema electoral brasileño establece que resulta ganador en primera vuelta el candidato que obtenga más de la mitad de los votos válidos. Pero desde 1998 ninguno de los candidatos a la presidencia lo logra. Por eso es probable que haya un balotaje el 30 de octubre. Además el próximo 2 de octubre en cada uno de los 26 Estados y el Distrito Federal se elegirán gobernadores, diputados federales, estatales y distritales.
Tanto en la campaña electoral de Bolsonaro como en la de Lula se destaca el rechazo hacia su principal oponente. Desde el oficialismo se busca resaltar un perfil profundamente moral sintetizado en el eslógan “Dios, Patria, Familia y Libertad”, mientras que Lula construyó una propuesta dialoguista, centrada en la democracia y la lucha contra el hambre, que contrasta directamente con la beligerancia del actual presidente.
Ambas coaliciones llegan con importantes sectores sociales que las respaldan. En el caso del oficialismo: las fuerzas armadas, las principales iglesias evangélicas, el capital financiero, el llamado agronegocio y las clases medias de la región Sudeste. En el caso de la oposición: el movimiento obrero, de los trabajadores sin tierra y sin techo; los sectores populares de la región nordestina, sectores de la Iglesia Católica, el movimiento feminista y de diversidades e inclusive sectores industriales paulistas y ciertos medios de comunicación.
Hasta ahora las encuestas marcan un probable triunfo de Lula en primera vuelta, aunque es preciso destacar que Bolsonaro llega fortalecido a la elección, tanto en términos económicos como de imagen positiva de su gobierno. Pero las denuncias de posibles fraudes por parte del actual presidente podrían abrir un escenario de gran incertidumbre hasta el 1 de enero, cuando deberá asumir el próximo presidente para el mandato 2023-2027.
